La nueva regulación de los  servicios VTC intenta poner fin a los problemas entre estos y los taxis, los cuales han protagonizados protestas y huelgas a fin de lograr que se establezcan parámetros diferenciados para el funcionamiento de ambos servicios.

Sin embargo, la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) considera que estas regulaciones pueden eliminar la competencia entre taxis y VTC perjudicando a los usuarios.

Antes de hablar con un poco más de detalle sobre la regulación y sus efectos, es conveniente recordar qué es VTC y en qué se diferencia de los taxis.

VTC son las siglas de Vehículo de Transporte con Conductor, los cuales se encargan de trasladar de un lugar a otro a uno o varios pasajeros. Si bien los taxis pueden encontrarse dentro de esta categoría, el término se utiliza para referirse a otro tipo de servicio que se contrata y se paga de forma diferente.

Los VTC son contratados con anticipación, la mayoría de las veces a través de servicios digitales o aplicaciones, y sus tarifas se calculan antes de hacer uso de ellos, a diferencia de los taxis, cuyo precio es determinado al finalizar el recorrido.

Otra de las diferencias entre VTC y taxis es que los primeros no pueden parar en la calle a recoger pasajeros sino que deben dirigirse directamente al punto especificado para buscar al usuario.

El precio de los VTC suelen ser menor al de los taxis y, aunque pueden variar dependiendo de las condiciones, tienen la ventaja que se conoce exactamente cuánto se va a pagar sin el riesgo de sorpresas que excedan lo presupuestado para el transporte.

Uno de los servicios VTC más populares es UBER que funciona a través de una aplicación y que con el tiempo se ha convertido en la opción preferida de muchos usuarios.

Conflicto VTC-Taxis
El conflicto entre los servicios VTC y los taxistas radica en que estos últimos alegan que existe una competencia desleal, ya que ellos para poder trabajar tienen que pagar una licencia y un seguro, mientras que los VTC no pasan por los mismos controles. Esto además, según argumentan los taxistas, pone en riesgo la seguridad de los pasajeros.

Al ser manejadas a través de una aplicación, los VTC especialmente UBER han ido dejando atrás a las empresas tradicionales de taxis, muchas de las cuales han visto disminuir su actividad.

Dentro del marco jurídico, hay quienes apoyan la posición de los taxistas indicando que al ser un servicio de transporte deben regirse todos por las mismas reglas.

Nueva regulación de los servicios VTC
La nueva regulación de los servicios VTC aprobada en septiembre de 2018 intenta lograr un equilibrio entre estos y los servicios prestados por los taxis, en virtud de  los conflictos que se generaron.

Según el Real Decreto Ley, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos están facultados para regular las actividades de este tipo de transporte, con un periodo transitorio de cuatro años en el cual deben adaptarse a la nueva legislación.

Esto les permite, según lo consideren las autoridades de cada comunidad, operar como hasta el momento en el ámbito urbano, sin embargo, al término del periodo de transición deberán ajustarse únicamente a servicios interurbanos.

Otro ajuste importante está relacionado con el tiempo mínimo de contratación el cual, por ejemplo en Cataluña, es de 15 minutos, mientras que en Islas Baleares es de 30 minutos.

Efectos de la regulación según la CNMC
La Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia considera que la nueva regulación perjudicará a los usuarios al establecer restricciones que afectan a la competencia y que no están orientadas a servir a un interés general.

La CNMC indica que los precios pueden verse incrementados y que las discriminaciones entre VTC y taxis terminarán por afectar a los usuarios, ya que entre otras cosas la calidad del servicio pueda disminuir.

Las regulaciones sobre horarios, contratación y tipo de vehículo, así como lo relacionado con el ámbito de circulación, según la Comisión, marcan una discriminación entre ambos servicios que no beneficiaran a la colectividad.

El organismo recomienda la flexibilización del área de circulación, así como una revisión de las restricciones en las licencias tanto de taxis como de VTC y el establecimiento de regulaciones que eviten una mayor segmentación del mercado.